Andrés - Residente de Loiolaetxea

08.06.2010 19:06

"Soy Andrés de 37 años, mi mayor pecado fue nacer en el lugar inadecuado y ser objeto de culpa por ello, recuerdo que desde muy pequeño cuando me tenia que proteger de los humanos me escondía en el cementerio pues tenia conciencia que allí estaba mejor que en mi casa, en múltiples ocasiones la policía municipal de mi pueblo me llevaba con ellos y en el cuartelillo me daban de cenar y me dejaban dormir en el calabozo, para mi esto era el cielo” cuando fui creciendo me echaba a la carretera a caminar y sin rumbo fijo me recorría provincias hasta calmar mi malestar interno. Pasaron los años y como no pudo ser de otro modo me metieron en un correccional y de allí comenzó mi periplo por las diferentes prisiones del estado, que queréis que os cuente allí fui objeto de toda serie de vejaciones, violaciones sistemáticas, maltrato, prostitución, drogas etc. Estando en la prisión de Martutene conocí a los responsables de Loiolaetxea , en principio fue un asidero para poder salir de prisión, para sin darme cuenta calarme algo más aquello que yo jamás había tenido “una familia” y que yo no sabia como comportarme con ellos.

Estos me animaron a comenzar un proceso terapéutico de deshabituación a las drogas, entré en Proyecto Hombre allí me quise dar la oportunidad de cambiar, conocerme y mirar al futuro con esperanza, luche con todas mis fuerzas por hacerlo bien, fue muy costoso pero lo conseguí, confiaba en lo que me decían y yo lo ponía en practica, tras 3 años me dieron el alta terapéutica, era muy feliz todo me salía bien; tenia amigos, trabajo, estaba Loiolaetxea que me apoyaba, era uno más en la sociedad, comencé a estar con mis hermanas, veía a mis sobrinos. Pero nuevamente me confundí pensé que ya no tenia que guardar ciertos limites en mi vida, así comenzó la crisis mas importante de mi vida, me enamore de una persona que estaba comprometida con otro hombre. Al no ser correspondido, deje de tomar la medicación pautada, comencé a beber en exceso, esto  me llevo a la coca, perdí el trabajo, el piso y comencé a delinquir nuevamente,  me fui de mi ciudad a andar como en el pasado, traspase provincias pero de nada sirvió. Tras 4 años me vi de nuevo en Martutene, me coincidió una hernia discal que no me dejaba andar me arrastraba por el suelo hasta que me operaron, todo el pasado me volvió con mucha fuerza, todo mi esfuerzo en vano. Ya no me atrevía a escribir o llamar a personas que me habían dado todo, yo seguía consumiendo dentro de la prisión, me anime a escribir a personas significativas de mi vida, comencé a mejorar en todos los sentidos veía un punto de luz al final del túnel “otra vez la esperanza”, en un permiso que me concedieron me fui como de niño a un lugar seguro donde nadie me podía hacer daño “me introduje en el patio de recreo de  un colegio por la noche y allí termine fundido con las estrellas y la noche camino de esa  luz”

—————

Volver