Una mirada a la evolución de instituciones penitenciarias durante los ultimos 25 años

18.06.2010 12:25

La Dirección General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio de Justicia contrata por primera vez Trabajadores Sociales en el mes de julio de 1983, en cumplimiento del Reglamento Penitenciario aprobado en 1981.

Es la puesta en marcha del modelo asistencial profesionalizado en la atención a presos, penados y liberados condicionales. Hasta esa fecha se mantenía  el llamado Patronato de la Merced encargado del seguimiento de los liberados condicionales y de las ayudas asistenciales (viajes de familiares, becas escolares para hijos menores, ayudas económicas a liberados condicionales). Ahora se crea el Organismo Autónomo llamado Comisión de Asistencia Social en cada provincia. En muchos casos el que era responsable del Patronato asume la responsabilidad de Secretario de la Comisión. Para acceder a este puesto de secretario es requisito imprescindible ser funcionario de Instituciones Penitenciarias.…

Son años de Gobierno del PSOE: El  Director del Centro Penitenciario, designado por el Gobierno, apoya el modelo que da prioridad al tratamiento y a la reinserción de los penados. Tiene un margen de maniobra que le permite por ejemplo autorizar permisos extraordinarios de hasta 24 horas a los penados, permitir la entrada en el centro a personas o Asociaciones para actividades formativas o culturales, proponer terceros grados apostando por el interno… 

A nivel social en nuestro entorno se vive el incremento del consumo de  heroína con el consiguiente impacto social  y nuevas problemáticas  dentro de las prisiones. Aumenta el número de toxicómanos preventivos o penados, están acusados mayormente de atracos a entidades bancarias. Muchas familias están desorientadas. Comienza la búsqueda de recursos tratamentales extra penitenciarios…

Los jueces autorizan el cumplimiento de condena en centros de deshabituación para toxicómanos. Es un logro al que se llega también por la presión de las familias, de los grupos sociales sensibilizados, de Asociaciones de afectados por la droga (DEE).

La prisión está abierta a la iniciativa social: las asociaciones de ayuda a toxicómanos tienen entrada, plantean iniciativas, proponen y realizan actividades recreativas y formativas.

Se da una colaboración con Instituciones de la Administración sin mayores formalismos. Probablemente en aquel momento se daba una mayor descentralización en la gestión, dejando al Director la posibilidad de conceder las autorizaciones, informando posteriormente de ellas a Madrid.

1986-1987 Siguen lo socialistas en el gobierno. Comienzan a cambiar las condiciones de la política penitenciaria.

Año 1993: es ministro de Justicia Juan Alberto Belloch. En 1994 es nombrado también ministro de Interior, acumulando las dos carteras. En junio de 1996 cesa como “super ministro”. Tras las elecciones de nuevo se separan los dos ministerios. Entonces se produce un deslizamiento prácticamente inadvertido para la sociedad: las Instituciones Penitenciarias, personal, prisiones etc… que siempre han estado vinculadas a Justicia – como ocurre en todos los países del entorno europeo, pasan a depender del Ministerio de Interior. Esta situación  no ha sido cuestionada por organismos o partidos políticos y  se mantiene en la actualidad.

Ese mismo año 1996 en febrero se ha aprobado la reforma del Reglamento Penitenciario y anteriormente la del Código Penal. Esta reforma introduce un elemento muy importante a efectos de tiempo real de cumplimiento de las condenas: Aumenta la cuantía de la condena en muchos delitos y se suprimen las redenciones de penas por el trabajo.

Entre 1996 y 2004 con los gobiernos del PP se mantiene el estilo de Dirección, en la práctica se dejan de lado la reinserción y el tratamiento, se priorizan el régimen y la disciplina.

En el 2004 regresa el PSOE al gobierno. No se aprecian cambios en la orientación legislativa: se mantiene la orientación restrictiva.  

Salen a la luz  conductas delictivas relacionadas con el maltrato en el ámbito familiar y la violencia de género. Va creciendo el número de penados con este nuevo perfil y con ellos la necesidad de implantar en el ámbito de la prisión programas de tratamiento específico. La realidad desborda todas las previsiones… No es posible ofrecer tratamiento adecuado a todos los penados y por otra parte se les exige la realización de un programa terapéutico para acceder al tercer grado o libertad condicional… Se producen traslados de penados a centros penitenciarios  alejados de su entorno social y familiar por falta de espacio.

Aparecen nuevas conductas delictivas castigadas con pena de prisión: delitos contra la seguridad vial si se detecta en el conductor una tasa de alcoholemia superior a la permitida y es reincidente. Aumento del número de  emigrantes indocumentados y la prisión preventiva como respuesta a su situación de falta de arraigo y recursos (domicilio fijo, ingresos económicos, apoyo social).

En el año 2009 se vive una situación de saturación de las prisiones, con un índice de presos por mil habitantes superior a los países del entorno europeo y ello a pesar de la construcción de macro cárceles en casi todas las comunidades autónomas; a pesar de que el índice de delincuencia es inferior a otros países de la Unión Europea; a pesar de la aplicación de las nuevas formas de cumplimiento alternativo a la privación de libertad, TBC, terapias, días multa…

Perspectivas de futuro… No consta que haya  una evaluación, un estudio serio de la situación: se abusa de la prisión preventiva, se alargan las condenas, se reduce el personal del área de tratamiento y asistencial. Hay declaraciones ocasionales sobre la necesidad de reducir el número de presos pero parece que la apuesta se mantiene por crear nuevas macro cárceles. El riesgo es  que tal como ha ocurrido hasta ahora se llenen en breve plazo, sin que la solución de multiplicar el número de plazas suponga a medio plazo acabar con el hacinamiento. La  insuficiencia de personal para el tratamiento y la asistencia a los presos y penados seguirá dificultando una atención adecuada a cada situación.

 

Relato desde la experiencia de Trabajo Social en la Prisión de Martutene, San Sebastián. Entre julio del 1983 y enero del 2009.

Arantza Bajineta

 

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